EL VENEZOLANO COLOMBIA
La propuesta de construir un muro en la frontera entre Táchira y Norte de Santander, planteada por el presidente del Concejo Municipal de Cúcuta, ha generado controversia y críticas.
Especialistas como William Gómez han evaluado esta sugerencia y ofrecen perspectivas alternativas para abordar los desafíos de seguridad en la región.
Estrategias alternativas para combatir la inseguridad en la frontera
William Gómez, analista en temas de frontera, ha calificado la propuesta de construir un muro en la frontera como descabellada y desubicada.
En lugar de centrarse en soluciones superficiales como barreras físicas, Gómez aboga por estrategias más efectivas que aborden las causas profundas de la inseguridad en el Área Metropolitana de Cúcuta (AMC).
Implicaciones sociales y damiliares de un muro en la frontera
Una de las principales razones que hacen inviable la construcción de un muro en esta frontera es el intenso tejido social y familiar que une a los habitantes de ambos lados.
Gómez destaca el alto nivel de consanguinidad entre colombo-venezolanos y la presencia arraigada de familias en ambos países, lo que hace que la idea de un muro sea impracticable e inhumana.
Cooperación internacional: Clave para combatir la delincuencia transfronteriza
Para contrarrestar efectivamente la delincuencia organizada que opera en la región, Gómez enfatiza la necesidad de una estrecha cooperación entre Venezuela y Colombia.
Esta colaboración, especialmente en el ámbito de la inteligencia y contrainteligencia, es crucial para identificar y detener a las redes criminales que trascienden las fronteras.
Resistencia fronteriza: Más allá de las barreras físicas
A pesar de las dificultades impuestas por las decisiones políticas de ambos países, la resistencia y la conexión entre las comunidades fronterizas han prevalecido.
Gómez resalta la determinación de las personas que, incluso frente a medidas restrictivas, han encontrado formas de mantener sus lazos históricos y de solidaridad.
Es evidente que la construcción de un muro en la frontera entre Táchira y Norte de Santander no solo sería impracticable desde un punto de vista técnico, sino que también tendría repercusiones sociales y humanitarias profundas. En lugar de optar por soluciones divisorias, es fundamental promover la cooperación internacional y desarrollar estrategias integrales que aborden las causas estructurales de la inseguridad en la región. Solo a través del diálogo, la colaboración y el respeto mutuo se podrá construir un futuro más seguro y próspero para las comunidades fronterizas de Venezuela y Colombia.
