EL VENEZOLANO COLOMBIA | AREACÚCUTA
Según Migración Colombia, a agosto de este año, más de 1.8 millones de migrantes provenientes de Venezuela han llegado al país, muchos de ellos con la idea de establecerse en Colombia a través de la creación de negocios. Tal es el caso del venezolano Frederick Gamargo, quien decidió emprender en Bogotá con un negocio de venta a domicilio de alimentos como empanadas, perros calientes y hamburguesas, los cuales promocionaba con volantes puerta a puerta y por grupos de WhatsApp de la comunidad venezolana.
El salto de la virtualidad a una sede física en la localidad de San Cristóbal llegó de la mano de Empropaz, programa que conoció a través de una convocatoria, y que lo apoyó para estructurar y proyectar su emprendimiento de comidas rápidas, Mostaza Food, por medio de la formación especializada, así como de la entrega de un crédito semilla que hoy en día no solo le ha permitido remodelar su local para atender a más clientes de forma presencial, sino también darle empleo a otros compatriotas y, además, estar más cerca de cumplir su sueño de reunirse con sus cuatro hijos a quienes no ve desde el 2018.
Frente a los desafíos de la migración y de hacer empresa, el programa Emprendimientos Productivos para la Paz, Empropaz, ha asumido el compromiso de acompañar a los venezolanos y colombianos retornados que llegan al país, brindándoles la posibilidad de capacitarse para el desarrollo de habilidades empresariales con una metodología adaptada al momento en el que se encuentran con sus negocios, asesoría psicosocial y facilidades para la entrega de productos y servicios financieros.
Entre emprendedores y microempresarios, cerca de 500 venezolanos se han beneficiado de esta iniciativa, con una participación destacable de las mujeres, quienes representan el 67% de los migrantes vinculados y además 40% de ellas son madres cabeza de familia, quienes buscan convertirse en agentes de cambio para sus seres queridos a través de sus actividades productivas.
Para los participantes migrantes de Empropaz, el acompañamiento psicosocial que ofrece el programa tiene un gran valor, dado que les brinda herramientas para asimilar el proceso de “duelo” al salir de su país, en muchas ocasiones dejando allí a sus familias, y asimismo los orienta para que puedan adaptarse a nuevos contextos desde un punto de confianza en sí mismos y con la tranquilidad de contar con un respaldo sobre el cual apoyarse sin ser juzgados.
Además del soporte emocional que busca facilitar la inclusión social, el Programa ha venido trabajando para apoyar la implementación de los planes de negocios de los emprendedores venezolanos y los colombianos retornados por medio de un crédito semilla en condiciones especiales, el cual ha sido utilizado por los beneficiados, principalmente, para invertir en actividades relacionadas con venta de ropa, heladería, repostería, carpintería y comidas rápidas.
Ejemplo de lo que puede alcanzar un emprendimiento con el apoyo necesario es el caso de la participante de Empropaz Carmen Herrera, una venezolana del estado de Zulia, quien llegó a Medellín tras la muerte de su padre, a quien cuidó a tiempo completo por un cáncer de próstata, y después de no conseguir ubicarse laboralmente, aun contando con una carrera técnica en Comercio Exterior y otra en Administración en Salud.
Su espíritu resiliente la llevó a emplearse como pregonera en un restaurante, vender tintos, sándwiches y tapabocas para conseguirse lo del día a día, hasta que su hábito de ahorro le permitió adquirir mercancía textil e incluso un carrito apara arrancar su emprendimiento de venta de ropa. Pero el paso más grande hacia el crecimiento de su negocio vino con el Programa, el cual le brindó la oportunidad de acceder a un crédito semilla y le ayudó a organizar contablemente su unidad productiva, tener un punto fijo en el centro de la capital antioqueña y a diversificar sus productos para atraer más clientela.
Historias así son las que mueven los esfuerzos de Empropaz, programa que también trabaja para atender a microempresarios y emprendedores colombianos, afectados por la violencia y la pobreza, con el propósito de generarles capacidades emprendedoras y fortalecimiento empresarial. Esta iniciativa, liderada por Bancamía, en alianza con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Colombia, la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín, ya ha beneficiado a más de 4.800 participantes, 74% mujeres, en 92 municipios del país.