El peligroso triángulo de las Bermudas | Por: J. Gerson Revanales

➦ El autor es Internacionalista. Post doctorado RR.II, embajador de carrera por concurso

La tensión existente de Venezuela con Colombia, Guyana, EE.UU, Francia, Holanda se ha convertido en el “triángulo de las Bermudas” de la política exterior del SSXXI, al poner en riesgo de desaparición: su integridad territorial; soberanía y seguridad Nacional. La torpeza indiferencia y falta de profesionalidad en la conducción de las relaciones internacionales por parte de sus responsables, está hundiendo a Venezuela en un hueco dentro de la geopolítica mundial, comparable a los “huecos negros” de Stephen Hawking debido a la densidad de los enfrentamientos con la comunidad internacional.

Venezuela es mucho más que un gobierno o un régimen, independientemente donde el lector se situé, sin embargo, no se puede desconocer que se la está llevando como a un corderito hacia una operación tenaza, auspiciada por un discurso incendiario de una Asamblea asamblearia cuestionada por todas las grandes democracias del mundo. Este año 2021, desde el bloqueo a las costas y aduanas por la Santa Alianza en 1902,por el cobro de algunos prestamos durante la independencia y otras deudas producto de la corrupción de algunos mandatarios; representa el peor momento en sus relaciones internaciones.

La única alternativa que tiene el régimen es un cambio de posición frente a la CIJ. La dinámica de las relaciones internacionales obliga a un cambio de estrategia necesariamente dirigido a reconocer la jurisdicción de la Corte.

La reclamación por el Esequibo si bien fue producto de una componenda del gobierno inglés, es la prueba reina de la torpeza de una política exterior dependiente de la Habana, al haber permitido que la advertencia del ex Secretario General de la ONU Sr (seonsaeng) Ban Ki Moon de enviar el caso del Esequibo a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), se hiciera realidad, si para finales de DIC 2017 no se había alcanzado una solución, fue una torpeza de “lesa patria”.  Las razones para no haberle salido al paso a esta advertencia pueden ser las más variadas: Caracas nunca creyó que las advertencias serian reales; las vio como fanfarronadas del ex Secretario General; considero que Guyana no haría nada al respecto; o que la CIJ declararía su no jurisdicción como había sido la posición de Venezuela desde su creación en 1945.

Lo cierto es que todos los escenarios no se dieron. Guyana demando la valides y vinculación del Laudo de 1899; El reconocimiento de su soberanía sobre el territorio establecido por el Laudo de 1899 y el Acuerdo de 1905; El retiro de la isla de Anacoco; La abstención de amenazas por parte de Venezuela, así como el uso de la fuerza; La no interferencia en las actividades autorizadas por Guyana; igualmente le responsabiliza por las violaciones a su soberanía, lo cual coloca a Venezuela como la débil política, jurídica  y diplomática en este conflicto.

La reclamación por el Esequibo si bien fue producto de una componenda del gobierno inglés, es la prueba reina de la torpeza de una política exterior dependiente de la Habana, al haber permitido que la advertencia del ex Secretario General de la ONU Sr (seonsaeng) Ban Ki Moon de enviar el caso del Esequibo a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), se hiciera realidad

CAMBIO DE POSICION DEL RÉGIMEN VENEZOLANO

Ante este panorama, la única alternativa que tiene el régimen es un cambio de posición frente a la CIJ. La dinámica de las relaciones internacionales obliga a un cambio de estrategia necesariamente dirigido a reconocer la jurisdicción de la Corte. La fase inicial de la jurisdicción ya paso, la demanda de Guyana entro en un nuevo proceso de fondo y si Venezuela no reconoce la jurisdicción de la CIJ, el proceso continuara.  No es cuestión de orgullos soberanos,  Guyana podrá pedir se falle a su favor (Art 53 Reglamento) y se perderá posiblemente la última oportunidad para recuperar el Esequibo por “for fail”, para satisfacción de la Habana

                La otra pinza de esta tenaza es Colombia, los ataques y provocaciones de parte de funcionarios subalternos en Venezuela, fuera de toda practica diplomática, a toda vista, apunta a la búsqueda de un incidente o por lo menos de una escaramuza con potencialidades de escalada impredecibles. El reciente lanzamiento por parte del presidente Duque en la base militar de Tolemaida de una fuerza “elite con 7000 soldados” disimuladamente con el propósito de doblegar, de golpear y de someter las estructuras del narcotráfico y de las amenazas transnacionales», son un mensaje a García, tal como decía el desaparecido teniente coronel Chávez: “el que tenga ojos que vea”.

                Es necesario un relanzamiento del país en particular de su política exterior y relaciones internacionales, de tener un nuevo enfoque, de una nueva estrategia; no hay una razón lógica para que Venezuela tenga problemas por todas las fronteras terrestres y marítimas y causas abiertas en todos los tribunales internacionales CIJ CPI CIDH, Tribunal Andino y el CIADI. La política exterior y las relaciones internacionales de Venezuela requieren de un urgente cambio antes de caer en ese hueco negro de la condena internacional.

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