EL VENEZOLANO COLOMBIA
La muerte por la covid-19 del ministro de Defensa y excanciller de Colombia Carlos Holmes Trujillo supone la pérdida de uno de los alfiles del presidente Iván Duque, que se perfilaba como candidato para las elecciones del año próximo, y un aviso preocupante sobre el alcance de la pandemia en el país.
Con más de 51.000 muertos por coronavirus en diez meses de emergencia sanitaria, el ministro, que llevaba ingresado desde el 14 de enero en el Hospital Militar Central de Bogotá, dedicado a la atención de militares y sus familias, se convirtió este martes en la persona de más alto perfil político en Colombia víctima del virus.
Trujillo llegó a perfilarse como la carta más fuerte de un sector del Centro Democrático, partido creado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) del que Duque hace parte, para las próximas elecciones presidenciales.
De hecho, su designación al frente del Ministerio de Defensa le dio la visibilidad que, según sus críticos, buscaba para cimentar su aspiración presidencial para 2022, admitida por él mismo en febrero de 2019 en un foro académico.
Su fallecimiento fue lamentado incluso por sus críticos más tenaces, políticos de izquierda que cuestionaron desde la oposición su gestión al frente de la cartera de Defensa y como jefe de la Cancillería durante los primeros quince meses del Gobierno de Duque.
PREOCUPACIÓN POR EL CORONAVIRUS
La muerte del ministro ocurre en momentos en los que Colombia atraviesa la segunda ola del coronavirus, un periodo más preocupante para las autoridades que el primer pico de contagios pues en las últimas semanas se confirman en el país diariamente cerca de 400 decesos, las cifras más altas de fallecidos desde que inició la pandemia, y las UCI en la mayoría del país superan el 90 % de ocupación.
Su fallecimiento ocurrió unas horas después de la muerte del líder sindical Julio Roberto Gómez, de 70 años, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), lo que encendió nuevas alarmas en Colombia y aumentó la intranquilidad por la incertidumbre que rodea el esperado inicio de la vacunación, para la cual todavía no hay fecha definida.
El deceso de Gómez, que estaba ingresado desde finales de diciembre también por coronavirus, fue lamentado igualmente por estamentos políticos y sociales que destacaron su talante conciliador.
«Fui su amigo y admiré su lucha por el bienestar de los trabajadores. Forjamos consensos y nos respetamos en el disenso. Mi solidaridad a su familia, y los acompañamos en esta dolorosa situación», manifestó Duque sobre el líder sindical.
El Ministerio de Salud ha informado desde el 6 de marzo del año pasado de 2.027.746 contagios y 51.747 fallecidos por la covid-19, cifras que tienen al límite las redes hospitalarias de casi todo el país.
La muerte de Trujillo y de Gómez hizo que las miradas de volvieran hoy hacia el Gobierno para que comience lo más pronto posible el plan de vacunación de 35,7 millones de colombianos, del que solo se ha dicho que arrancará en la primer semana de febrero.
La incertidumbre aumenta en la gente pobre que, con las elevadas cifras de infecciones y fallecidos, mira con preocupación los estragos de la pandemia, de la que fue víctima el ministro Trujillo, quien desde su diagnóstico recibió atención del más alto nivel en el Hospital Militar Central de Bogotá.
«¿Por qué no hemos dicho la fecha en este momento? Porque hay temas que necesitamos ultimar con precisión. Yo sé que esto genera incertidumbre y preocupación, (pero) nosotros siempre dijimos (que iniciamos la vacunación en) febrero y esa es nuestra meta», respondió este martes el presidente en Noticias Caracol.
FIGURA CONTROVERTIDA
El ministro Trujillo, el escudero más fiel del presidente Duque, desarrolló en la cartera de Defensa una intensa actividad diaria que incluía visitas a instalaciones militares y consejos de seguridad en cada pueblo en el que sucedía un hecho de violencia.
Durante la pandemia fueron notables los frecuente viajes que hizo incluso a regiones de difícil acceso, lo que suscitó críticas de sus opositores que le reprocharon por usar su investidura para impulsar su aspiración presidencial.
Su gestión como ministro de Defensa estuvo marcada por la polémica debido a su amparo a militares y policías involucrados en denuncias de abuso de la fuerza, violaciones de los derechos humanos o de corrupción.
La muerte de Trujillo supone un duro golpe para Duque, que perdió el apoyo más decidido de su Gobierno, el ministro al que no le temblaba la voz para defender su política de seguridad.
«No puedo expresar el dolor que tengo», manifestó esta madrugada Duque sobre la muerte de quien dijo fue para él «un amigo», «compañero de lucha» y «coequipero».
Incluso sus principales críticos en el Congreso, los senadores de izquierdas Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo (PDA); Gustavo Petro (Colombia Humana) y Jorge Robledo (Dignidad), dedicaron hoy unas palabras al ministro.
«Lamento el fallecimiento de Carlos Holmes Trujillo, ministro de Defensa. Mis condolencias para sus familiares, copartidarios y colegas en el Gobierno nacional», manifestó Cepeda.
EL PAPEL DE LAS FUERZAS ARMADAS
Trujillo acudió el año pasado a dos debates de moción de censura, de carácter político y no judicial, que naufragaron en el Congreso.
Específicamente, la oposición pedía su salida del ministerio de Defensa por, según dijo el senador Robledo durante un debate el 22 de octubre pasado, «mentir» sobre una brigada de militares estadounidenses en Colombia y no cumplir una decisión judicial que le ordenó pedir disculpas por los abusos policiales en las protestas de Bogotá en noviembre de 2019.
En esa diligencia, en la que el ministro fue cuestionado por «una crisis institucional» de las Fuerzas Militares, el senador Roy Barreras denunció que el jefe de la Defensa le ocultó al país que 36 menores de edad murieron «por balas de la fuerza pública» en operaciones en los últimos meses y que 54 niñas habían sido violadas por militares.
Trujillo, que logró en ambos debates el apoyo de la mayoría del Congreso para continuar en el cargo, también estuvo en el ojo del huracán tras la muerte de Javier Ordóñez, de 46 años, ocurrida a manos de la policía el pasado 9 de septiembre en Bogotá, y por las jornadas violentas que suscitaron ese asesinato en la capital del país en las que murieron al menos otras diez personas.
Los congresistas de la oposición además lo criticaron por su apoyo a las aspersiones aéreas con el herbicida glifosato para erradicar los cultivos de coca en Colombia y por el asesinato de Juliana Giraldo, una transexual que viajaba en un automóvil atacado a tiros en septiembre pasado por un soldado del Ejército en Miranda, departamento del Cauca (suroeste).