EL VENEZOLANO COLOMBIA
La renovación de los espacios culturales de Bogotá así como la transformación de la relación de los artistas y el público con los mismos será esencial para cumplir los objetivos ambientales que permitan «reverdecer la ciudad», concluyó este viernes el «I Foro Internacional Respira el Arte».
Los escenarios de arte de la capital, que tienen hasta 80 años de antigüedad, deben ser más eficientes en el uso de la energía, por lo que la subdirección de equipamientos culturales del Instituto Distrital de las Artes (Idartes) planteó la renovación de esos espacios para reducir el consumo energético.
«Los escenarios tienen que empezar a renovarse y tienen que ser más eficientes en el uso de energía. La mayoría de nuestros espacios son viejos y queremos rejuvenecerlos», dijo en la clausura el subdirector de equipamientos culturales de Idartes, Mauricio Galeano.
REVERDECER LA CIUDAD
Galeano presentó varios proyectos alineados con los objetivos de Desarrollo Sostenible para «reverdecer la ciudad» a través de tres ejes temáticos sobre las infraestructuras.
Las propuestas incluyen mejorar la calidad de los espacios de arte con renovaciones tecnológicas, como la que ya se empezó a hacer en el Planetario de Bogotá, así como el uso de energías renovables y alternativas, la actualización de tecnologías, y la implementación de techos verdes y aprovechamiento de aguas lluvias.
Para la entidad es esencial vincular a todas las cadenas de los ecosistemas del arte, para lo cual es necesario cambiar las formas en las que los artistas se relacionan con la creación y el público con los escenarios.
Esto requiere construir las soluciones de la mano de la ciudadanía para incentivar, por ejemplo, el uso de la bicicleta y otras iniciativas sostenibles para llegar a los escenarios artísticos, así como generar más jardines y huertas comunitarias.
ESCENARIOS SUSTENTABLES
La iniciativa liderada por Idartes busca que escenarios como el Centro Cultural del Teatro Jorge Eliécer Gaitán o el Planetario de Bogotá empiecen un camino que los conduzca a aportar en la disminución de la huella de carbono y en la construcción de relaciones amigables con el medio ambiente y más cercanas con los artistas y los ciudadanos.
En ese sentido, para el consultor internacional Jorge Melguizo, invertir bien los dineros públicos para mejorar los espacios culturales y las condiciones ambientales de los mismos no solo es un asunto estético sino también ético.
«Una inversión en el mejoramiento de las condiciones ambientales de cualquier edificio público o privado es un asunto ético y eso tiene que quedar claro, no es solo un asunto estético», dijo.
Melguizo aseguró que si como resultado de «Respira el Arte» se logra que los equipamientos a cargo de Idartes se modernicen, haya ahorros energéticos y eficiencia en el manejo de agua, se conviertan en laboratorios de sostenibilidad ambiental por sus infraestructuras y contenidos, y se transformen en aulas vivas ambientales para sus públicos, todo habrá tenido «mucho sentido».
«Si los equipamientos y eventos culturales de Bogotá se regeneran y le meten el acelerador a su renovación en la búsqueda de generar menos huellas de carbono, de ser más amables con el medio ambiente, será una enorme oportunidad para emocionar y acompañar procesos similares de otras áreas públicas de Bogotá, otras ciudades y otros países», agregó.
Con estas iniciativas Bogotá se convertiría en un laboratorio cultural para empezar a regenerar sus espacios para «ayudar a restablecer la naturaleza» uniendo «millones de acciones» que impliquen el diseño consciente y pensar los equipamientos como actores urbanos ambientales.
