Así comenzábamos el año en tiempos más felices, en los que la Billo’s animaba las fiestas de la mayoría de los hogares y no avizorábamos grandes cambios.
Hoy, las circunstancias son diferentes. El 2020 se presenta con múltiples complicaciones como la absurda resolución que nos obliga a llevar la contabilidad en esa moneda ficticia que es el Petro, que nadie sabe a fin de cuentas en qué consiste y como se transa en la vida cotidiana y mucho menos cuál es su verdadero respaldo.
Pero si eso no fuera suficiente para convertir los primeros días del año en un incordio está, además, la tanta cacareada fecha del 5 de enero, en la que se supone que será ratificado Guaidó, pero sobre la que penden, cual espada de Damocles, amenazas originadas por la sempiterna corrupción del régimen que pretende seguir intentando comprar votos en la AN para quitarse del medio a un obstáculo que les hace, así no lo piensen algunos, la vida más difícil.
Tenemos fe en que esa aviesa y oscura maniobra no será fructífera, ya que a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres que integran la legítima Asamblea Nacional ni los compran, ni se venden, porque han luchado contra viento y marea para intentar mantener algo de la necesaria institucionalidad en un país que el régimen ha convertido en un Estado fallido y delincuencial.
Si atravesamos con cordura nuestro rubicón, entonced el 5 si podremos entonar con entusiasmo la estrofa de la canción y estar listos para librar todas las batallas que deberemos enfrentar hasta que logremos – eso esperamos-, que el 2020 sea el año del cambio en Venezuela.
Desde analitica.com le deseamos a todos los venezolanos y a todos nuestros lectores que este sea de verdad un Feliz Año.