En el reporte sobre Colombia elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), resaltó que uno de los desafíos que enfrenta el país es la migración de personas provenientes de Venezuela, cuya atención tendría una necesidad presupuestaria de alrededor de 0,5% del PIB anual.
Esta proyección se realizó asumiendo que, para 2021, dos millones de migrantes habrán entrado al país, así como teniendo en cuenta la alta demanda de bienes y servicios básicos que la aceleración de la migración generará en los próximos tres años.
Desde 2014, más de un millón de venezolanos han emigrado a Colombia, y se espera que la afluencia sea cada vez mayor, pues tras la llegada de los primeros migrantes, se da la reunificación con sus familias.
Solamente en 2018, el número de migrantes se duplicó en seis meses, por lo que al final del año había más de 1,2 millones de inmigrantes venezolanos con la intención de quedarse en el país.
El flujo de migrantes ha supuesto un desafío para el país en temas como pobreza y desempleo, ya que los niveles de desempleo de la población venezolana son elevados, lo que afecta a la tasa de desempleo nacional.
Sin embargo, la Ocde reconoció que el Gobierno colombiano ha manejado con éxito esta situación, pues se han tomado medidas para integrar a los migrantes mediante la prestación de servicios de emergencias y atención de partos.
Además, se han flexibilizado los requisitos de documentación para que los niños venezolanos tengan acceso a educación preescolar, básica y secundaria.
Igualmente, el país ha relajado algunos requisitos de entrada y ha entregado permisos temporales para permanecer en el país.
A pesar de estos desafíos que han implicado los grandes flujos de migrantes, la Ocde señaló que se pueden convertir en una oportunidad para incrementar el crecimiento económico de Colombia, pues su experiencia internacional y la de otros países latinoamericanos muestra que la migración puede ser una importante fuente de crecimiento y bienestar a mediano plazo.
En este sentido, el aumento de la oferta laboral podría ayudar a impulsar el potencial de crecimiento de la economía, que en el país ha experimentado una disminución en los últimos años.
Así mismo, en el corto plazo, la llegada de más personas a la economía aumentaría el consumo, que podría tener un impacto positivo en el crecimiento.
La organización también resaltó que los migrantes venezolanos tienden a ser más jóvenes que los colombianos, lo que aportaría también una ventaja demográfica.
“ Las políticas deberían tener por objeto fomentar la empleabilidad de los migrantes, por ejemplo, mediante programas de certificación y validación de competencias para la educación secundaria y superior. La ampliación de los servicios públicos de empleo y de las oportunidades de capacitación también sería de ayuda”, se recomendó en el informe.
Estas medidas y esfuerzos para apoyar la integración de los venezolanos al sector formal también potenciaría su contribución fiscal.
Fuente: La República
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