La censura, la crisis económica y la intermitencia del servicio de energía no han sido limitantes para que dentro y fuera de Venezuela se levanten voces de mujeres y hombres que defienden los derechos humanos y traen esperanza a quienes día a día hacen parte de la resistencia civil.
A pesar de estar bajo medidas cautelares –que le profirió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos– y verse obligado a tener estrictos protocolos de seguridad, Rafael Uzcátegui está salvando la memoria cultural de su país, al mismo tiempo que intercambia medicamentos a través de la iniciativa Música por Medicina.
Este proyecto responde a la necesidad de establecer diálogos con los jóvenes que salen a las calles a protestar en contra del Gobierno. En la música y en los libros, Uzcátegui encontró la manera de apoyar la producción artística local –que pasa por un difícil momento–, fomentar las cadenas ilegales de entrega de medicamentos y recompensar la solidaridad de los donantes, quienes en su mayoría son personas que fallecen y dejan medicamentos a medio usar.
De la mano de 12 artistas venezolanos, esta iniciativa realizó dos producciones musicales: Música por medicina y Rock contra la dictadura. Ahora el desafío está en proteger a toda costa la memoria cultural venezolana, que se ve perjudicada por la pérdida y el deterioro de los archivos físicos. Y aunque no ha sido nada fácil, pues la censura es pan de cada día y cada vez son menos las imprentas en Venezuela, Rafael Uzcátegui lidera la producción de una trilogía de libros que atesora la historia de la música punk, el reggae y el rock en su país.
De la mano de 12 artistas venezolanos, esta iniciativa realizó dos producciones musicales: Música por medicina y Rock contra la dictadura. Ahora el desafío está en proteger a toda costa la memoria cultural venezolana, que se ve perjudicada por la pérdida y el deterioro de los archivos físicos. Y aunque no ha sido nada fácil, pues la censura es pan de cada día y cada vez son menos las imprentas en Venezuela, Rafael Uzcátegui lidera la producción de una trilogía de libros que atesora la historia de la música punk, el reggae y el rock en su país.
“Cada vez que un músico canta sobre el malestar de comunidades vulnerables o que un artista se expresa a través de su arte, estos son potenciales aliados en esta causa de derechos humanos”, dice este héroe venezolano, coordinador general de la ONG Provea.
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