Más allá del estrambótico discurso con el que pretenden hacer creer que se avecina una nueva ola en América Latina que vendría a reivindicar al socialismo del siglo XXI, observamos que lo que se estaría perfilando, como se demostró en las elecciones municipales colombianas, es un desplazamiento más bien hacia el centro.
En el caso de Ecuador, falló el intento de defenestrar a Lenín Moreno e incluso en CHile, el vandalismo orquestado no va a arrimar la brasa hacia las sardinas castro-maduristas.
El caso de Argentina, en el que se esperaba el retorno del kirchnerismo con una anunciada y presuntamente apabullante victoria de Fernández, por más de 20 puntos sobre Macri, resulta que solo fueron 7 puntos, lo que lo convierte a Macri en una poderosa fuerza en el Congreso, dejando poco margen de maniobra al nuevo Presidente. Y qué decir de la segunda vuelta en Uruguay, que puede incluso llevar a una derrota del frente amplio.
No nos dejemos llevar por las ilusiones retóricas de los dirigentes del régimen usurpador y veamos con calma y cordura la evolución de los gobiernos de nuestra región, que ciertamente no van en la dirección del llamado socialismo del siglo XXI.